5.12.2011

२० Semanas

Mi bicho no se digna a moverse. Bueno, para hacer honor a la verdad, el pobre sí que se mueve y mucho, tanto que no se ha dejado medir la cabeza para confirmar la semanas de gestación, y cuando el obstetra intenta medir su frecuencia cardiaca se empeña en darle de patadas al doppler. Lo malo es que yo nomas no siento nada. Ya sé que google, la enfermera del imms, el obstetra y hasta mi suegra dicen que puedo esperar tranquilamente hasta la semana 20-23, que es normal en las primerizas… pero yo me muero por sentirlo. Quizá me de algo más de tranquilidad y no me este comiendo las uñas hasta la siguiente consulta pensando si estará todo bien.
Y por supuesto tampoco sé si es bicho o bicha.
Así que por ahora, su padre y yo lo llamamos frijol. Tengo que decirlo, el también me susurra cada dos por tres: ya quiero que se mueva. Esta semana ha comenzado a ver mi panza más seguido, con una extraña mirada mezcla de ternura y no sé que (tal vez miedo). A veces se atreve a acariciarme un poco la barriga, pero creo que lo intimido: es que no soy mujer que acepte fácilmente convertirse en buda sin rechistar.
Tengo poco mas de 20 semanas y no me puedo creer que esto valla ya a la mitad. Cuando me entere de mi estado de preñes me contuve a mi misma para no hacerme demasiadas ilusiones hasta no llegar al quinto mes. Inútil, aunque no he comprado nada ya sé dónde venden el huevito para el coche y los mas monos mamelucos, entre broma y broma tenemos ya dos nombres listos y aunque no le hablo aún al bicho, cada vez que puedo acaricio mi panza tratando de adivinar donde estar escondido…
Esto es toda una experiencia…

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