7.28.2011

31+4 Hora de la gimnasia




Esto del embarazo es una rutina de cansancio y felicidad. He comprobado en carne propia que eso de vivir endorfinada es una estrategia perfecta de la naturaleza. Soy feliz, sospecho que es una felicidad dudosamente artificial, pero no importa porque funciona; me duele la espalda la mayor parte del tiempo, soy perfectamente consciente de que parezco una vaca, voy al baño cada hora, estoy cansada todo el día, ya no puedo tallarme los tobillos por la mañana y me cuesta un trabajo enorme calzarme los zapatos…. Pero estoy feliz, las noticias malas me aturden un poco pero me cuesta deprimirme por ellas. Lloró, lloro bastante por cualquier nimiedad y el humor se me trastorno completamente. Pero cuando me veo la panza desde arriba, me impresiona el mundo de dentro, ese que solo habita mi hija, en el que se mueve como un gusanillo explorador y me deja babeando al imaginar donde estará su cabecilla o sus manos…. La verdad, la verdad, adoro mi panza es la mejor panza que haya tenido nunca en la vida.

29+1

A saber, estoy en la semana treinta. A siete días de cumplir siete mes.
Es el tiempo prescrito por mi mamá para comenzar a comprar ropa, elegir nombre y hacerse ilusiones serias. Yo, yo siento que he perdido el tiempo, la verdad, debí comenzar a hablarle y ponerle música hace mucho, ahora vivo atormentada por la idea de que no va a ser un Einstein por mi culpa.
Sospecho que le tiene miedo al ruido, la asustan los sonidos sorpresivos o agudos, salta en la barriga como si le hubieran metido un susto de los mil diablos. Todas las noches y las mañanas hace sus ejercicios y yo me puedo pasar horas con la mano en el vientre sintiendo sus golpecillos, revoloteos y demás. A veces, incluso podemos ver la pansa moviéndose cuando ella se acomoda o golpea. Sencillamente increíble, creo que de entre todas las cosas simples del mundo que me hacen feliz esta es la mejor de todas. Tener un alien dentro, de verdad no tiene precio ni igual.

Nota: Tomado de entre todas las notas que no he publicado... auch

6.10.2011

24+5 Se mueve

Y bastante. Es una beba muy activa, ¿no había contado que es una niña? La verdad que se hizo esperar. Comenzó alrededor de la semana 21, fue un día de mucho sol, yo estaba enojada porque el papa se enojo y yo no hice nada malo. Entonces en un arranque de berrinche decidí irme a casa de mi mama a pasar el fin de semana, lo malo que al llegar a la parada de autobús estaba súper mareada, no había comido y tenía un billete de 500 para pagar el pasaje. Pensé: y si me desmayo aquí, que tal que le pasa algo a la bebe…Así que mejor cogí el celular para que fuera por mí. Después de los llantos y las mutuas disculpas, estábamos acostados pasando el calor, él con su mano sobre mi vientre, y de repente se movió, fuerte y claro sin lugar a dudas, como algo saltando en mi panza. Es raro pero súper lindo, de ahí a la fecha no para, sobre todos por las noches y en la mañana salta de aquí para allá cuando su papa toca la panza.
Aún no me atrevo a hablarle, me siento algo tonta, pero cada vez que la siento moverse no puedo evitar sonreír como boba, así sea en plena junta y frente a mi jefe.

Estoy comenzando a disfrutar esto de tener un bicho dentro

5.12.2011

२० Semanas

Mi bicho no se digna a moverse. Bueno, para hacer honor a la verdad, el pobre sí que se mueve y mucho, tanto que no se ha dejado medir la cabeza para confirmar la semanas de gestación, y cuando el obstetra intenta medir su frecuencia cardiaca se empeña en darle de patadas al doppler. Lo malo es que yo nomas no siento nada. Ya sé que google, la enfermera del imms, el obstetra y hasta mi suegra dicen que puedo esperar tranquilamente hasta la semana 20-23, que es normal en las primerizas… pero yo me muero por sentirlo. Quizá me de algo más de tranquilidad y no me este comiendo las uñas hasta la siguiente consulta pensando si estará todo bien.
Y por supuesto tampoco sé si es bicho o bicha.
Así que por ahora, su padre y yo lo llamamos frijol. Tengo que decirlo, el también me susurra cada dos por tres: ya quiero que se mueva. Esta semana ha comenzado a ver mi panza más seguido, con una extraña mirada mezcla de ternura y no sé que (tal vez miedo). A veces se atreve a acariciarme un poco la barriga, pero creo que lo intimido: es que no soy mujer que acepte fácilmente convertirse en buda sin rechistar.
Tengo poco mas de 20 semanas y no me puedo creer que esto valla ya a la mitad. Cuando me entere de mi estado de preñes me contuve a mi misma para no hacerme demasiadas ilusiones hasta no llegar al quinto mes. Inútil, aunque no he comprado nada ya sé dónde venden el huevito para el coche y los mas monos mamelucos, entre broma y broma tenemos ya dos nombres listos y aunque no le hablo aún al bicho, cada vez que puedo acaricio mi panza tratando de adivinar donde estar escondido…
Esto es toda una experiencia…

4.12.2011

16+3

Pensé que esto de estar embarazada me iba a dar para escribir y escribir, pero al parecer estoy en un estado de letargo increíble. Lo único que quiero en la vida es dormir, o estar acostada o comer. Imagino que eso es lo más cercano que he estado al verdadero estado animal.
Creo sinceramente que debería estar penado en la ley federal del trabajo que las embarazadas trabajen más de cinco horas al día.
Sé que aun me falta la parte más difícil, pero ya estoy plenamente segura que este es el trabajo más cansado y estresante que haya hecho nunca.
Estoy embarazada de 4 meses lunares (16 semanas), asi que van las cuatro cosas de este mes:
1. Estoy gorda, y no gorda linda con pancita de embarazada, no: estoy gorda. Solo parezco hinchada y el mundo no se cansa de decirme que no se me nota nada. Y tienen razón, si me hecho de espaldas apenas y siento el vientre, justo dos dedos debajo del ombligo, asi que sí, la panza que luzco es de pura gordura.
2. Hace dos semanas que uso pantalones de maternidad, porque mis divinos pantalones talla cinco no tienen espacio para mi enorme cadera. Lo bueno es que me quedan algo flojos.
3. Soy una histérica, apenas me duele la espalda y siento un leve cólico, pienso lo peor y quiero correr a hacerme un ultrasonido.
4. Aun no tenemos nombre, me da flojera buscar uno hasta que no sepa el sexo.

Vimos a mi bichito en el ultrasonido de las doce semanas, parecía un chapulín y no dejaba de saltar. Yo aun no me acabo de creer que alguien esté creciendo dentro de mí, no da señales de vida todavía, así que yo me siento la mas mala de las madres porque no logro conectar con el vinculo de súper amor indescriptible….

3.04.2011

10+ 0

Imagino que voy a tener un hij@ de lo mas obediente o de lo más precoz. Apenas me decidí a invocarlo y vino a mí de mi inmediato. O quizás, mientras yo escribía esas líneas el moría de risa mientras comenzaba a echar raíces en algún recóndito lugar dentro de mi.
Un día me di cuenta que mi vista de cada mes no llegaba, lo cual es muy normal, aun así me hice un test casero y dio negativo. Pilluel@. Extrañamente no me puse triste de inmediato (como otras veces), hasta salí del baño con una extraña sonrisa, pero un par de horas después llore como magdalena ante mi evidente incapacidad para germinar frijoles.
Como la visita continuó sin presentarse dos semanas después, me decidí por una pruebilla de sangre que dio un ¿sorpresivo? Positivo. Así, tan simple como un montón de letras negras perfectamente alineadas y vivas, me forcé a sonreír mucho porque uno debe estar feliz en esos casos. Pero la verdad: no me la creía. Pensé que tal vez era un falso positivo y que tendría que demandar al pequeño laboratorio, o quizás había fallado porque en uno de esos olvidos míos tan comunes di mal mi última fecha del periodo. Pesimista y terca de mí. ¿Dónde quedaban entonces las 12 horas de sueño continuas y el hambre descontrolada?
Varios días de indecisión, escepticismo y necedad. Hasta que una mañana, unas lindísimas doctoras del IMSS decidieron que mi vientre no tenía fondo y que probablemente no estaba embarazada o se había detenido desde el principio… Afortunadamente esa misma tarde, un obstetra más experimentado opino que claro que mi matriz se sentía crecida (el dichoso fondo) y pude escuchar un corazoncillo apresurado, como un pollito… ¡estoy embarazada!

Qué más puedo decir… Trato de enfocarme en que todo va a estar bien y estar feliz y esperanzado por este mega regalo, que desde ya, merece todo. (Incluso sobrevivir a la colitis nerviosa sin medicación alguna)

1.17.2011

Quejas

Creo que después de las navidades (pocas posadas, muchas cenas copiosas y sin fin de comidas fuera y hamburguesas y tacos de chon) subí como cinco kilos creo, en realidad no sé cuantos, por la tarde voy con el nutriólogo. Lo raro es que mis pantalones de vestir talla nueve comienzan a apretarme pero los de mezclilla talla cinco me quedan bien. Raro.
Ya tengo tiempo libre pero solo he cocinado unas gelatinas raras y no he hecho nada por el jardín. Se me acaba el tiempo para trasplantar los bulbos de las azucenas y ya casi llega el mes de la poda del rosal. Mi enredadera pereció a boca de las hormigas del vecino que tiene como dos años sin aparecerse por su casa.
Compre una tostadora de pan que no estaba presupuestada… soy pésima con las finanzas.
Porque será que el señor le da chorro mil hijos a los humanos que no los cuidan.
Porque rayos la segunda temporada de The walking dead comienza hasta noviembre…

1.06.2011

Preservar la especie

Mil siglos atrás, cuando contaba apenas unas cuantas primaveras, los santos Reyes me traían muchas muñecas y juegos de té diminutos, además de un vasto surtido de chocolates y galletas. A la vuelta de un mes, las tazas, teteras y demás estaban ya extraviadas, la muñeca había perecido a manos de mi primo el menor, en ese afán suyo de destazar todo lo desconocido y claro, los chocolates fueron devorador por mi eterna compañera: la solitaria. Así que, ya por febrero, jugaba a la casita con todos mis primos, yo era la mamá y todos ellos mis pequeños hijos, si el día era frio decidía que debían tomar medicina para la enfermedad he improvisa algún brebaje sabor limón o uva de polvo, si por azares del destino el día era soleado y bello, improvisaba un bello pastel de lodo y se los daba a comer. Literalmente. Esos fueron mis entrenamientos de mamá: alguna vez los envié a todos al hospital y les cultive una encantadora fauna en la panza.
Quizás por eso siempre pensé que eso de ser madre no estaba implícito en mis genes, pero, un buen día, hace como seis años, soñé que tenía una hija, diminuta y hermosa beba. En mi sueño dormía con ella, muy felices y juntitas. Cuando desperté, lo primero que hice fue buscar mi bodoque rosado (¿Quién dice que no soñamos a colores?) pero no estaba. Lloré, lloré mucho. Acorde a la tradición familiar el sueño aquel era premonición, aquel bebe de mis sueños llego a mí pero solo estuvo de visita en mi panza por un par de semanas. La supe real por un par de horas, y en algún momento del trayecto al hospital, toque mi vientre y le dije; si estás ahí hija, agárrate bien porque he decidido que te quiero. Creo que era un niño, porque no me hizo caso y decidió marcharse, o quizás no luche lo suficiente. A veces las premoniciones fallan.
Desde entonces, y ahora sé que para siempre, pienso en él cada día, reprimo las ganas de enviarle globos en día de reyes y me imagino que mi abuela y su abuelo lo mecen plácidamente en algún lugar donde son felices, Lo extraño, tanto como es posible extrañar a alguien a quien nunca se tuvo en brazos.
Supongo que soy una mamá reprimida. Quiero un hijo, pero el fantasma de no ser capaz de retenerlos me detiene. Le digo al mundo y a quién pregunte que no quiero uno, que son difíciles de criar y caros, que aun tengo muchos planes. Pero la verdad es que me muero de miedo de decir en voz alta que quiero tener un frijol en la panza, y ponerme inmensa de gorda y después regalarle encantada mi tiempo y todo él amor y las enseñanzas que su hermano sembró en mi. Sé que en algún lugar mi pequeño espera a que yo esté lista, las almas jóvenes son mas sabias, aun no está en camino pero es un bebe esperado y deseado desde hace años. Estoy pensando seriamente en llamarlo en serio, en voz alta.