La semana me pareció eterna aun cuando solo trabajé tres días, bueno trabajar es solo una manera de decirlo, considerando que el jefe no vino ayer y todo indica que tampoco vendrá hoy... probablemente por eso el día de hoy parece diferente, pero igual que todos. Algo de frío, a pesar de que la primavera inicia, un ligero viento que se mece entre los árboles y se cuela entre los huesos.
En la oficina, mientras preparaba mi café, vi a Ramona (que conste que ella ya se llamaba así cuando yo llegue) llego y se detuvo a la puerta de la cocineta, con esos horribles ojos verdes mirándome, su cara me dijo que algo pretendía... –Hola Ramona, le dije mientras agregaba una cucharada de azúcar a mi café. Supongo que se sintió cómoda, pues dio un paso como respuesta.
-¿Cómo estas Ramona?, hace frío ¿no?
Se acerco varios pasos más y yo retrocedí dos o tres; es que no la quería jugando entre mis pies.
-Sí Ramona, ya se que quieres que alguien te apapache, yo también ¿sabes?. Eso pasa porque hace frío, pero creo que tu y yo nos quedaremos con las ganas.
Y de nuevo esa mirada suya verde y penetrante, retadora y a la vez suplicante...
-mmm, probablemente algún día te presente al gatito, estoy segura que el te mimaría encantado de la vida.
Ya con el café listo me dispuse a cambiar el agua a mis flores, en eso estaba cuando entro santa ..
-¿Y esas flores?
-Me las regalaron ayer, les cambio el agua para que no se mueran.
- que envidia, a mi ya nadie me regala flores.. hummm, huelen riquísimo, pero ni modo es el destino; todos estamos destinados a morir.
- Que filosofa amaneciste hoy Ludy.
Tiene razón, todos y todo estamos destinados a morir, nada es eterno, como dice el gatito. Nada es eterno, ni mis flores, ni lo que representan, pensé mientras caminaba rumbo a mi escritorio, con café y florero en la mano mientras Ramona me seguía los pasos...
Ya cómodamente instalada, sentada, con un café humeante al frente, mis flores sobre el escritorio y una sugerente música al oído me disponía a trabajar. Y entonces la vi, al lado de mi silla:
-De acuerdo, tu ganas. Le dije a Ramona mirándola de frente. De un solo salto trepo a mis piernas y se acomodo a su antojo mientras mis manos se hundían en su pelambre al tiempo que decía:
-condenada gata!, la única que se quedara con ganas de mimos soy yo.
Ahora, mientras Ramona duerme placidamente en mi regazo, veo el intenso color rojo en las rosas y creo que no importa si están destinadas a morir porque ya me han arrancado muchas sonrisas cada vez que las miro, no importa si lo que representan no es eterno pues ya me ha colmado de momentos felices. Que importa si los amores mueren o las amistades se van, no importa pues la huella que dejaron permanecerá por siempre.
Siempre hay excepciones ala regla, y del mismo modo que alguien que odia a los gatos es capaz de mimar a uno de ellos en un día frío, así también los recuerdos y las huellas en nuestra vida no mueren; quedan para siempre....
PD. Ramona puede estar segura que este día no volverá a repetirse.
3 comentarios:
Nada es eterno, ciertamente, ni siquiera su poco afecto hacia los felinos.
Y será este día frío de verdad un recuerdo, y como muchos otros, estoy seguro de que no morirá, porque al fin de cuentas, son ellos los que van configurando nuestra historia.
Ya lo dijo Ernesto Sábato en algún momento de su genial novela El Túnel:
"Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos"
Y ya que en esta existencia, gente como usted y como yo andamos en busca de un poco más de cultura cada día, le dejo de regalo (y de recuerdo) este poema de Charles Baudelaire, quien del jardín de la vida disfrutó cortando las Flores del Mal (algo así pretendo yo también jajaja)
EL GATO
Hermoso gato mío, ven a mi pecho amoroso:
no me claves las uñas de tus patas,
déjame hundirme en tus hermosos ojos
que son mezcla de metal y ágata.
Cuando mis dedos gustosamente acarician
tu cabeza y tu elástico lomo,
al embriagarse de placer mi mano
que se pasea por tu pelo eléctrico,
creo estar viendo a mi mujer. Su mirada,
igual que la tuya, animal amigo,
es honda y fría, y como una flecha pincha, hiere:
y desde los pies a la cabeza,
un aire sutil y un aroma peligroso
ondean en torno a su cuerpo moreno.
Saludos Felinos
El Gatito.
"Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos". Lo creo, pero ojala la vida no se nos valla en recuerdos futuros ¡y viejas historias presentes…
Mira gatito… tu poema me desagrada profundamente.. y es que la verdad no peca pero incomoda. No me gustan los gatos porque son traicioneros y tienen algo de demoníacos que me hace mantener mi distancia. Y ahora resulta que Charles Baudelaire dice que su mujer se parece al gato…. Algo debió hacerle él a ella para que lo mirase de tal forma…
Es un poema interesante, muy incesante. ,, gracias
PD. Gatito, creo que debes llevar varias flores del mal. y creo que Baudelaire, donde quiera que este, debe estar orgulloso de su pupilo.
"Para que lo mirase de tal forma". No creo que Baudelaire haya buscado incomodar a su mujer con esta comparación, al contrario, creo que buscó retratar la belleza de la mirada misteriosa que comparten ciertas damas y ciertos felinos. Y no es el único que compara a las mujeres con los gatos, le cuento como anécdota. También el genial Julio Cortázar tiene un bello relato titulado "La orientación de los gatos", donde gatunos y féminas se identifican en una misteriosa lejanía que enamora al autor.
Los gatos no son traicioneros. Y mucho menos demoníacos. Son animales independientes y con personalidades tan distintas como los seres humanos. Y por esta razón te cuento, que el cariño que un gato te tenga es verdadero. Porque ellos no conocen lo que es el servilismo.
Ojalá pueda cortar las suficientes flores del mal para hacer un bonito ramo. Y ojalá que el poeta esté orgulloso del Gatito.
Saludos!
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