4.24.2006

Miércoles 27 de abril del 2004

Hoy extraño la sincera mira de amor en una cara amiga, la bondad de las tardes a solas. La belleza de una sonrisa y lo reconfortable de una caricia. Hoy extraño la valentía para mirar de frente y andar sin rumbo, para cruzar fronteras y traspasar almas temerosas en pro de vencer la propia soledad, extraño la osadía de salir del escondite para enfrentar al fantasma que se esconde tras cada herida del corazón. Extraño el ímpetu para desobedecerme a mi misma y engañar a la razón por la comodidad de los sentimientos.. extraño levantarme por las mañanas con la ilusión en los ojos y el amor por compañía. Extraño la seguridad de andar por la vida sintiéndome dueña de mis pasos, la solidez de la confianza y la ligereza de la libertad...

Extraño como nunca sentirme protegida al abrigo de unos brazos que apenas conocí y perdí hace mucho, extraño mantener fija la mirada sin temor a mostrar mi alma, reír por viva alegría y llorar reconociendo el dolor de las heridas, extraño mirarme a mis misma en el espejo y reconocerme como quién antes fui o podría ser... extraño confiar en las personas y descargar todo cuanto pesa; de alguna tonta manera hoy me extraño a mi misma.


Nota al 24 de abril del 2006: Ironico y un tanto profetico, lo encontré escrito en la contraportada de "El pozo de la soledad"......

3 comentarios:

Acho dijo...
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Otilio Herrera dijo...

Si volteas y miras lamentando el camino que has cruzado, porque no volverás tus pasos... Piensa mejor, porque en tus pies está el polvo de ese camino, forma parte de ti, sólo debes mirar bien. No añores algo que posees; ni te despidas de quien no ha dicho adiós...

Dicho de mi P. Torrent

Acho dijo...

Hola Lía! Tanto tiempo...

Bueno, yo pienso que extrañamos ciertos aspectos de nosotros mismos, porque de la única persona de quien cada uno no puede nunca librarse es... de sí mismo.

Yo extraño muchas cosas del año pasado, muchas personas de mi infancia, muchas posibilidades que hoy ya están vedadas... Pero comprendo que sigo siendo yo mismo en cada paso. En el preciso acto de extrañar lo que antes era o tenía. Pero nunca puedo extrañarme a mí mismo porque... estoy todo el día conmigo.

La soledad puede ser un pozo oscuro o un refugio para encontrarnos a nosotros mismos. Todo depende de cómo la vean nuestros ojos, o cómo les enseñemos a mirarla.

Todos tenemos derecho a extrañar lo que se nos fue... Del mismo modo como tenemos derecho a seguir expectantes por lo que vendrá.

Te regalo el extracto de un poema:

El más bello de los mares
es aquél que no hemos visto.
(…)
Nuestros días más hermosos
aún no los hemos vivido.
Y lo mejor de todo aquello
que tengo que decirte
todavía no lo he dicho.

Nazim Hikmet
(El más bello de los mares)

Saludos Felinos.

Acho