5.30.2006

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Hacia donde va la vida de las personas, si es que va a alguna parte. Inmersos en mares de confusión de todo tipo ¿Hacia donde vamos? De un lado la intolerancia y la violencia en el mundo, del otro las condicione políticas, a la derecha el deterioro ecológico, a la izquierda los problemas económicos, debajo la iglesia que se desmorona y arriba nuestra familia que “evoluciona”. ¿Hacia donde ir?, si por doquier se habla de malas noticias, de fatalistas presagios, de absoluta falta de esperanza. ¿Deberíamos movernos hacia el egoísmo? Ahí donde no importa la violencia ni las guerras, donde quién gobierne al mundo no nos interesa lo mas mínimo, donde la poca cantidad de agua y el calentamiento global no mellan la tranquilidad, allí donde la caída de la bolsa y la inflación son solo histerias colectivas, donde la vida marital de chucho y le futuro de sus descendientes no merme la fe, ahí en el rincón egoísta donde pese al mundo de cabeza nosotros podemos ser felices. ¿Hacia donde va la vida del ser humano? A buscar el bienestar de todos o solo el suyo, a luchar por el equilibrio del mundo o a templar su interior en busca de felicidad.

Ignorar los males que aquejan a la humanidad nos pone en camino de ser egoístas o de ser inteligentes. Si no los ignoro vivo atormentado por todo aquello que no puedo cambiar y si lo hago puedo concentrarme en buscar mi propia felicidad al interior de mis pequeños conflictos. ¿Y si los conflictos de la humanidad me atañen directamente?¿ Aún así puedo buscar esa felicidad?.... Se puede ser del todo egoísta y solo voltear hacia el lado de la vida que nos sonríe, ¿de eso se trata la felicidad?

Qué sentido tiene invertir tiempo en todo aquello que no esta en mis manos y que tan mala es mi indiferencia si decido no hacer nada....

1 comentario:

Otilio Herrera dijo...

Dice un pequeño pergamino que Roli me dio en un momento muy difícil de mi vida:

Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,

la fortaleza para cambiar las que sí puedo,

y la sabiduría para distinguir la diferencia.

Creo que en eso radica la paz del espíritu... mas eso es Don de Dios.