7.30.2006

Hacia donde va la vida

Los días no siempre nos pintan la vida con los mismos matices, debe ser eso a lo que llamamos variedad. A veces se nos llena la existencia de líos, conjeturas, alegrías, retos, fastidios y demás cosas que son bienvenidas en pro de ahuyentar el aburrimiento, pues aun cuando a nadie le agrada pasarse una rachita de soltero, aburrido y pobretón, son esas cosas las que condimentan nuestra rutinaria existencia. Hace ya muchos años, cuando yo era una conflictiva adolescente de la escuela media, Ale una amiga aun más conflictiva de 13 años atravesaba una crisis de desesperanza y realidad filosófica, tuvimos un leve altercado y ella dijo, con una voz demasiado amarga para una mente de tan escasa edad:
-¿Y qué es lo que nos va a quedar después de todo esto? ¿Qué vamos a contar después de noches y años de estudio? …. ¿Un titulo, una casa, un carro, una vida de amas de casa con un marido exigente y varios niños malcriados?
-Quizás tengamos eso con mucha o un poco de suerte, algunas no encontraremos el marido y nos quedaremos solo con los chiquillos, debido a lo cual no habrá casa y viviremos en la casa de nuestros padres. Las mas infelices terminaremos en casa de nuestras suegras con un tipo mediocre que nos tildara de mujerzuelas dudando de la paternidad de sus hijos, viviendo de un triste sueldo de cajeras, insatisfechas, infelices y frustradas. Eso Ale depende de lo que quieras tener al final, no es tanto la casa, el marido, el coche o los niños, si no lo satisfecha que te sientas contigo misma al final de todo.
-No necesito años de escuela para sentirme satisfecha.
-Tal vez no, pero si necesitas el sabor del triunfo para sentirte plena y nadie se siente satisfecho con el estomago vacío.


No sabia en ese momento que la conversación tenía tintes de profética y que poco tiempo después Ale desaparecería en compañía de su novio adicto, quién sabe si en busca de satisfacción y nadie sabe donde diablos este en este momento. Tenía tintes de profética porque apenas ocho años después yo estoy asaltada por las mismas dudas y sin sabores de aquel entonces.

Me parece tan ilusa y falsa la idea de que una linda familia con una casa, un carro y un par de infantes me hagan sentir satisfecha al final de la jornada, pareciera que los éxitos no alcanzan a cubrir la cuota de triunfo que necesitamos los seres humanos, pues el éxito es algo tan escurridizo como impreciso, ¿De verdad una vida de logros profesionales y cumplir con la costumbre de la procreación nos hacen sentir plenos? ¿Es ese el sentido de la vida? Se que cientos y miles de personas han pasado infinidad de horas pensando en lo mismo, pero no se sabe de alguna que halla encontrado la solución al enigma. Es suficiente la felicidad propia para justificar toda una existencia o buscamos justificar nuestra existencia con un poco de felicidad.

Jamás pude verme a mi misma como una sonriente ama de casa y madre, pero nunca me vi tampoco como una “experta en informática” y termine siendo una patética imitación de una de ellas. Me vi de maestra y afortunadamente desistí a tiempo, me pensé médico pero no me alcanzo la vocación siquiera para intentarlo, me soñé escritora y ahora se que no tengo manera ni madera, entonces ¿De dónde diantres voy a sacar el sabor de triunfo y como haré para sentirme satisfecha?

Ahora es que me vengo a dar cuenta que si bien no se siente una satisfecho con el estomago vacío, tampoco tener la panza llena significa satisfacción. Entonces es esa sal y pimienta de todos los días lo que hace que la vida valga la pena… ¿es de verdad eso?

8 comentarios:

Otilio Herrera dijo...

Te pareceré ingenuo o romántico, idealista o señador, Thalía. Yo creo que lo que hace que la vida merezca la pena es el amor.

Fue por amor que hemos venido a este mundo y es el amor mismo el que nos mantiene aquí. Es nuestro amor lo que nos permite seguir creciendo. Quien no pueda sentirlo, a mi juicio, es alguien que llama de otro modo al amor o que lo malentiende.

La sal y la pimienta son esas pequeñas notas que, aun invisibles, le dan sentido a la armonía en "De las tardes" o "Ten miedo de mí".

En las pequeñas cosas, mi querida Thali, radica el sentido de aquello que somos y está el impulso hacia lo que podemos llegar a ser.

Disculpa lo tardío del comentario... me preguntaba por qué no contestas...

Lia dijo...

¿Por que no contesto? .. Aveces es que siento que no tengo nada que decir, o al menos nada interesante, y me parece medio histerico decir solo gracias....

Sabes, yo creo que como dice Juan Ga, yo no naci para amar, no se hacerlo, me cansa demasiado pronto, quizas sea por eso que no le hallo sentido a mai vida....

Otilio Herrera dijo...

No naciste... o has temido hacerlo

ES sólo una pregunta retórica... de hecho debería usar la primera persona de plural.

Caramba, ¿te parece que escribo en clave? ¿Al menos esto deben saberlo los del CISEN, no?

Un abrazo fraterno

Acho dijo...

A mí también lo del amor, medio que no me cierra. Eso de "por amor hemos venido al mundo"... yo mejor diría que por el sexo hemos venido al mundo... Lo del amor es un elemento meramente contingente.

Yo, hasta comienzos de año, me soñaba un gran escritor. Hace poco, pensaba que me gustaría ser un funcionario judicial y ganar un sueldo mínimo trabajando medio día, lo cual es improbable, porque no tengo contactos para lograr que me nombren. Cambian los sueños, eh? Y hace poco, en un momento de iluminación, cuando estaba harto de pasarme el día corriendo entre miles de obligaciones, me dije que sería feliz si puedo tener un momento de paz en cada día para hacer lo que me gusta. Aparentemente, la felicidad y la satisfacción se encarnan en la posesión de ese preciso elemento que nos falta en un momento determinado de nuestras vidas.

Y creo que ese es el sentido: que siempre nos falte algo. Porque si pudiéramos tenerlo todo, sería cómodo, pero quizás tremendamente aburrido.

Saludos Felinos.

Otilio Herrera dijo...

Esas necesidades, mi querido Ancho, son las contingentes. Vienen y desaparecen en cuanto el satisfactor adecuado llega (o creemos que llega)

Venimos por amor, sí. No por sexo, eso se me presenta como contingente; un modus operandi de la naturaleza, que bien puede no estar (insemina artifitial) Pero tampoco vamos a discutir nimiedades semánticas.

Espero que encuentres tus satisfactores... yo sé bien que mi búsqueda es trascendental y no la hallaré sino hasta después de este peregrinar.

Hablando de sentidos de la vida... ¿acaso no son también contingentes por momentos?

Un abrazo fraterno.

Lia dijo...

Es esa parte trascendental precisamente lo que me preocupa, digo volverte un personake historico es evidentemente trascendente, pero dejar un par de hijos bien criados en el mundo deja el mismo grado de satisfacciòn, la misma trascendencia,o sea todos sabemos -los medianamene cultos- quien diablos era Neruda, Hittler, Jonh Lennon, Gandhi, Isabel Allende, Margaret Tacher... aunque no sepanos como se escribe correctamente, pero quien se detiene a pensar quienes eran sus padres....
Ese trascender esta ligado al amor, alos exitos profesionales o al aporte que dejamos para la humanidad, que pasa si al final de los dias no sentimos que conseguimos esa trascendencia...
Es es el elemento que no siempre nos va a faltar para no estar tremendamente aburridos???


Ayyy..
Sexo, sexo, mas sexo por sexo vinimos al mundo, o sea ¿Venimos a este mundo en busca de sexo?, ¿Por sexo?, o estamos en este mundo buscando amor
Cuàl es la causa por la que llegamos al mundo es otra cosa; algunos por falla de cuentas, otros por verdadero milagro, algunos mas bien planeados, los que mas por que se rompio el latex, y los pior por mero error circustancial.... por amor: quizas unos cuantos.
Sexo y mas sexo, amor y menos amor...
Mmmm... Como a mi no se me da el segundo quizas le busque por el lado del primero....

PD. Evidentemente del ay hacia aca va medio en broma :)

Acho dijo...

Bueno, al hablar de trascendente, parece que Lía y Oti no se ponen de acuerdo... Oti parece apuntar a lo que viene después de este valle de lágrimas, y Lía, parece más preocupada en dejar una huella en este valle de lágrimas.

"Los" sentidos pueden ser contigentes, pero no "el" sentido. Este es necesario, aunque las miles de identidades que asuma puedan ser contingentes. Es como hablar de abrigo en invierno y esta o aquella prenda específica. Necesitamos abrigos, sea que usemos el saco marrón, o la campera verde loro.

En cuanto a búsqueda trascendente, me resulta muy complejo apuntar mis energías a algo que no sé si existe, llámese amor, llámese vida después de la muerte. Estoy algo condenado por mis razonamientos a una especie de positivismo en constante choque con mi lado fantasioso e infantil. Es difícil encontrar el sentido, cuando uno es un racimo de contradicciones. A veces, la energía se agota en la lucha, y uno no puede evitar el eterno retorno a la pregunta inicial de estas reflexiones: hacia dónde va la vida?

Saludos Felinos.
Acho

Acho dijo...

Ah, y Lía...
Si necesita a alguien que le ayude con su búsqueda en cierto aspecto... Ud sabe... ;)