7.06.2010

Mamas

Lo sé, ellas son perfectas. La mía es incansable luchadora, trabajadora de 24 horas, domadora de bestias, recolectora de desechos peligrosos, doctora corazón y por si fuera poco me llama todas las mañanas para saber cómo estoy ahora que vivo tan lejos del redil.
Como buen prototipo de los 90-80’s, siempre pensé que ser mamá era algo aburrido y fuera de moda, crecí en esta generación en la que el ideal de mujer exitosa es aquella que camina con todo el orgullo del mundo, vestida como flamante ejecutiva sobre un par de hermosos y perfectos tacones. Viví esa extraña transición del modelo Ultra Cake (vestido y peinado como la señora Sónico, perfecta cocinera con sonrisa de caja de pastel) a miss Femme Fatale y sí, mis estándares se encaminaron durante años a ser una profesionista éxitosa, llegar a los 30 sin hombre machista nefasto y claro, sin hijos. Viví esta doble moral de exaltar a las madres, al menos a la propia, pero alejarme completamente de seguir sus pasos, me compadecí mil y un veces de la compañera que antes de los dieciocho dejó la escuela por una barriga tamaño gemelos. Y off course, la compadecía mas por haber perdido los tacones y el traje sastre que por el hecho de no estar en condiciones de sostener una vida nueva...
Y entonces, un día, me supe embarazada el mismo día que perdí a mi primer hijo. No sé qué hubiera pasado en esas circunstancias, mi colección de hermosos zapatos altos apenas iba por la mitad y ya tenía el segundo nivel de miss Fatale. Fue más que difícil y represento una completa catarsis. Después de pocos días, intenté buscar que paso conmigo aquella nefasta noche, que me hicieron esos doctores. Google, siempre fiel, me dio una nada agradable respuesta sobre los nefastos procedimientos médicos de los que fui objeto mientras estaba sedada. Lo bueno, me sentí más tranquila cuando conocí hasta las raíces todo lo que implico un aborto espontaneo en mis condiciones, de alguna manera conocer todo me da cierta sensación de recobrar el control, extrañamente me sentí mejor. Lo más bueno es que encontré a una peculiar mujer que vive a mil kilómetros de distancia y que, de hecho, no sabe que existo, pero ha hecho una enorme diferencia en mi camino. De la mano de esta cubana residente de estados unidos y con la ayuda de mil ligas, blogs y mucha curiosidad, de a poco descubrí el mundo de las nuevas súper mamas. Un enorme montón de mujeres, sí E-N-O-R-M-E, que están creando una fantástica de red de apoyo: una mundial! Ellas son madres de tiempo completo, amas de casa, madres de medio tiempo, trabajadoras, esposas, diseñadoras, médicos, especialistas en informática, periodistas y MADRES!!!
Mamás informadas, con una visión mucho muy diferente de la maternidad y de la mujer misma, están empujando un cambio maravilloso que involucra recobrar una identidad perdida y legar a este mundo hijos que si tengan… bueno, madre.
En un santiamén aprendí un montón de palabras retadoras como colecho, lactancia. lactancia prolongada, continuum, crianza, crianza con apego, meconio, parto, innecesaria, parto respetado, homeschooling…. ¡! Woooow !!
Dale un tema nuevo a una obsesa como yo, y obtienes un montón de incómodos zapatos perfectamente empaquetados para la basura.
Pd. No estoy mintiendo, estas mujeres de verdad me sorprenden, el próximo post un montón de buenos ejemplos al respecto.

Imagen: Maternitidad, Alex Alemany (La encontre mientras creaba el post, es como otro Carbonell)

1 comentario:

Otilio Herrera dijo...

Me encantó el comentario final. "es como otro Carbonell"

Las super mamás (yo creo) siempre han existido. A fin de cuentas mi propia madre lo fue en su tiempo. Dos turnos de enseñanza, arriba a las 5 de la mañana para cumplir con todo lo necesario. Lista para dar clases a las 9 en punto. Exhausta a las 6 de la tarde después de 92 niños en dos clases. Ella me enseñó que todo se puede. Sólo hay que hacer una cosa a la vez.

Estoy seguro que las super mamás seguirán para las nuevas generaciones.

Y tu post me sugirió una pregunta incómoda que jamás me atreveré a hacer. (No hoy)